El centro urbano, situado a 800 metros sobre el nivel del mar, se enclava en un famoso barranco formado por el arroyo Berruez y el río Sequillo. La iglesia parroquial de San Juan Evangelista es un edificio de tres naves separadas entre sí por pilares. Data de 1736.
Hoy el pueblo esconde como elemento arquitectónico más llamativo su iglesia del siglo XVI que venera a San Juan Evangelista. Tiene tres naves, la central que posee una espléndida bóveda de arista, mientras las demás son de cañón con lunetos, es decir, con ventanas incluidas en la propia bóveda. Además hay que destacar la cúpula que sobre pechinas se alza sobre el crucero de la iglesia. Puede visitarse contactando con el Ayuntamiento.
Dentro, además podremos admirar un pequeño museo parroquial donde lo más significativo son las numerosas obras del genial escultor Alejo de Bahía.
El resto es un pueblo sencillo, eminentemente agrícola y ganadero que gira diametralmente en torno a la iglesia y cuyo nombre procede del término romano "Villafratum" debido a la vinculación que tuvo con los monjes benedictinos del Monasterio de Sahagún en la provincia de León.
Si lo que se quiere es pasar un rato divertido, durante las fiestas de la Virgen de Grijasalbas, el domingo posterior al 15 de agosto, nos invitarán a ver a los tradicionales "Gigantes y Cabezudos" junto con sus populares danzas y la procesión de la Virgen.